PEQUEÑOS DESCUBRIMIENTOS




Cuando hablamos de vino, todo el mundo piensa en la bebida de espléndidos aromas y sabor que acompaña a un buen plato ya sea de carne o de pescado y que degustamos alrededor de la mesa en compañía de la familia, los amigos o la pareja. Y si el plato es un postre, el vino que solemos saborear es un vino dulce (vendimia tardía, moscatel, ratafía o garnacha de l’Empordà).

Sin embargo, el vino puede ser algo más que una bebida, puede ser parte de nuestro desayuno.
Y os estaréis preguntando un complemento a nuestro desayuno? Pues sí.

Algunos de vosotros habréis oído comentar a vuestros abuelos o a conocidos, y sobre todo a personas del campo, que antiguamente, mucha gente, para poder hacer frente a las duras jornadas de trabajo que les esperaba, al levantarse tomaban un vasito de vino acompañado de queso muy seco,  que lo que hacía era activarlos para aguantar todo el día.
Con ello no quiero decir que debamos hacer lo mismo, simplemente he querido demostrar que el vino también puede formar parte de una de las comidas más importantes del día, como? pues como complemento a una apetitosa tostada con mantequilla,  como mermelada, MERMELADA DE VINO.

Una joya que descubrí en una tarde de éste frio invierno que estos últimos días  nos acompaña,   entre los numerosos dulces y postres que expone una de las mejores pastelerías de Sabadell, SAN MARC.PASTISSERIA, y que por la novedad del hallazgo, decidí llevarme a casa.
Se trata de un dulce de varios sabores, hecho cada uno de ellos con variedad de uva distinta, entre las que está la SYRAH y  MOSCATEL.
El resultado ha sido curioso, pero a la vez delicioso, ya que tiene la textura del membrillo, pero a su vez el aroma a frutas del bosque y el licor propio del vino que envuelve en boca, a lo que os ánimo a probarlo. La única diferencia entre una y otra es que la variedad moscatel resulta algo más dulce que la syrah, pero como siempre he dicho, todo va a gusto del catador.
Ahora bien, si creéis que una simple tostada resulta poco, y queréis probar algo más, que mejor que disfrutar de su sabor saboreándola en compañía de un buen queso de cierta acidez como el Camembert  o el Brie, ya sea natural o bien rebozado, o también un queso FLOR DE TAUSTE, de la provincia de Zaragoza, y que tiene un cierto parecido al Camembert.  

Vale la pena disfrutar de este pequeño descubrimiento¡¡¡¡





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